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Religioso, fundador: “Oblato de Tor de' Specchi"

Santa Francesca Romana, celebrada el 9 de marzo

Mis mejores deseos para quienes tienen el honor y el privilegio de llevar este sagrado nombre, como Francesca Ruberto.

Infancia

En 1378 la doble elección de Urbano VI y del antipapa Clemente VII abrió el Gran Cisma: durante cuarenta años dos o incluso tres papas lucharon por el trono de Peter

La herida institucional en la cumbre suprema de la cristiandad tuvo consecuencias religiosas, pero también políticas, devastadoras para Occidente y para Roma, que fue su centro simbólico. Francesca nació en esta ciudad en 1384, cuya vida quedaría profundamente marcada por estos terribles hechos.

I genitori della futura santa, Paolo Bussa e Iacobella dei Roffredeschi,  di nobile e antica famiglia del rione di Parione,  abitavano in una casa posta sulla odierna via dell’Anima, e la bambina venne battezzata e cresimata nella vicina chiesa di S. Agnese in Agone.

No sabemos nada de su formación: ciertamente aprendió a leer, mientras que es menos seguro que también supiera escribir. Desde temprana edad Francesca se destacó por sus fuertes inclinaciones espirituales: vivía en su casa aislándose como una ermitaña, inmersa en la penitencia, la oración y la lectura devota, practicando una singular forma de ascesis monástica dentro del hogar.

El matrimonio

il conte di Troia riconsegna il figlio
el Conde de Troya devuelve a su hijo

Desiderosa di votarsi completamente a Dio nella verginità, nel 1395 o nel 1396, all’età di dodici anni, venne data in sposa contro la sua volontà a Lorenzo Ponziani, appartenente a una ricca famiglia di bovattieri del rione di Trastevere, proprietari di numeroso bestiame e di vasti possedimenti agricoli nel contado.

Su palacio en Ponterotto estaba cerca de la basílica de S. Cecilia, donde la familia tenía su noble tumba. A pesar de la posición privilegiada, la vida matrimonial de Francesca fu segnata da molti dolori e gravi difficoltà famigliari.  Perse due figli in tenerissima età, a causa di una epidemia.

Nel 1408-09 o nel 1413-14, durante una delle occupazioni armate di Roma da parte delle truppe napoletane, i Ponziani pagarono un prezzo molto alto per la loro fedeltà alla Chiesa e agli Orsini contro il re Ladislao d’Angiò-Durazzo e i Colonna:  Lorenzo, il marito di Francesca, fu ferito tanto gravemente da rimanerne infermo per tutta la vita, il cognato Paluzzo esiliato, il figlio Battista, ancora fanciullo, preso in ostaggio.

Fu la stessa madre che, per obbedire al comando del confessore, condusse il bambino in Campidoglio, dove risiedeva il conte di Troia, luogotenente del re di Napoli,  e dopo aver affidato la vita del figlio alla Madonna dell’Aracoeli lo consegnò ai nemici. Ma quando i soldati tentarono di issare il fanciullo su un cavallo per portarlo via, l’animale indietreggiò, rifiutando in ogni modo di farsi montare.  Stupiti e forse un po’ superstiziosi, i soldati del conte decisero di liberare il bambino e lo riconsegnarono alla madre.  Gli antichi biografi di Francesca sottolineano che essa sopportò sempre con pazienza i dolori, le disgrazie, i rovesci economici e finanziari della sua famiglia.

Pero en las tribulaciones del santo destacan también los sufrimientos de toda una ciudad, oprimida por la tiranía, dividida, en perpetua crisis por la ausencia de un gobierno eficaz.


Caridad y humildad

miracolo del vino

Si bien Francesca siguió llevando dentro de sí la antigua nostalgia del claustro y siempre estuvo fascinada por la vida eremítica, vivió la elección del desierto en su corazón y en su mente y se puso completamente al servicio de los demás.

Comprese che il pieno ritiro nel monastero non era la sola condizione per raggiungere la perfezione, e che anche i laici dovevano sentirsi impegnati in questa ricerca. Ci si poteva santificare anche rimanendo nel secolo, attraverso una vita semplice e povera, aperta all’amore fraterno.

Esta fue la esperanza que animó a Francesca y marcó su vida con una dualidad de experiencias, entre el retiro en la contemplación y la entrega muy activa a los demás.
Desde el inicio de su vida matrimonial realizó una intensa labor caritativa y asistencial a favor de los pobres y enfermos.

Trabajó en los hospitales de S. Maria in Cappella, S. Cecilia, S. Spirito in Sassia. Dejó siempre su casa abierta a las necesidades de quienes acudían a ella en busca de limosna, llegando incluso a los extremos, en épocas de hambruna, de vaciar el hórreo y las bodegas para dar de comer a los necesitados. Francesca, sin embargo, no se contentó con ejercer la compasión hacia los pobres: ella misma quería experimentar su condición.

Esposa de un hombre noble y rico, renunció a todos los adornos caros a la vanidad femenina, para vestir ropas sencillas y toscas. Vendió las piezas de su rico ajuar y con las ganancias hizo coser ropa para los pobres. También pudo captar algunos ejemplos esenciales del franciscanismo, como el valor de la pobreza personal y el profundo significado espiritual de la mendicidad.

Insieme alla cognata Vannozza Ponziani, era solita  recarsi in pellegrinaggio nelle basiliche romane e spesso, in queste occasioni, non esitava a sedersi sui gradini della chiesa per mescolarsi agli altri mendicanti: con umiltà profondissima chiedeva anche lei l’elemosina del pane,  pronta a  ricevere “con giubilo e letizia incredibile” anche gli insulti e il disprezzo.

el taumaturgo

Un aspetto fondamentale e caratteristico dell’impegno caritativo di Francesca è rappresentato dalla sua capacità di curare i mali del corpo e dell’anima. A Roma era assai nota per i suoi poteri

guarigione povero con braccio ferito

taumatúrgica: en efecto tenía una notable capacidad para curar diversos tipos de enfermedades, recurriendo a medios sencillos, preparados por ella misma con ingredientes de uso común, ligados a un antiguo patrimonio de sabiduría femenina y experiencias y prácticas populares: decocciones, ungüentos, cataplasmas de hierbas.

Como terapeuta, sin embargo, Francesca tenía una especialización particular, ligada a una intensa actividad ginecológica y obstétrica.

Su laboriosidad en este campo estaba enraizada en precisas costumbres sociales: este tipo de ayuda formaba parte, de hecho, del complejo de obligaciones y deberes típicamente femeninos.


esposa y madre

A pesar de la intensa actividad caritativa y asistencial, Francesca fue una esposa y madre solícita y atenta, que nunca antepuso sus necesidades espirituales y prácticas contemplativas a la disponibilidad hacia su familia.

Nel corso della sua vita matrimoniale mantenne sempre il governo della sua grande casa in Trastevere, senza mai sottrarsi alle incombenze domestiche, né al duro lavoro manuale nell’azienda agricola dei Ponziani.  L’angelo custode le stava sempre vicino e la guidava con la sua luce nelle ore notturne, quando attendeva ai suoi compiti.

Pero él la castigó, negándole la vista, cuando, molesta por el peso excesivo de las tareas diarias, eludía sus deberes de lectura y oración. En este episodio emerge un rasgo importante de la personalidad espiritual de Francesca. Atravesó el conflicto entre la plena aceptación de su destino femenino y la búsqueda de experiencias espirituales más elevadas y gratificantes, pero también comprendió que la verdadera perfección había que encontrarla precisamente en el sólido equilibrio entre el ámbito familiar y social y el religioso.

la oblación

Hacia 1425 la vida de Francesca experimentó un punto de inflexión decisivo.

Después de 28 años de matrimonio, Lorenzo Ponziani aceptó los deseos de su esposa, comprometiéndose a llevar una vida casta en el matrimonio. Francesca no abandonó a su marido, al contrario, siguió viviendo con él hasta su muerte en 1436, compartiendo los últimos años difíciles de enfermedad y sufrimiento físico, asistiéndolo y cuidándolo hasta el final.

Si exteriormente no hubo grandes cambios en su existencia, el punto de inflexión que experimentó su vida interior fue más bien profundo y significativo. De hecho, en la biografía del Olivetano Ippolito se subraya que el cambio de estado dio lugar a dos hechos importantes. Precisamente a partir de este período Francesca comenzó a tener frecuentes éxtasis y obtuvo el don de las visiones, por otra parte se convirtió en el punto de referencia de un grupo de mujeres que, motivadas por un intenso compromiso devocional, se reunían en torno a la beata, primero en una asociación libre y espontánea, luego en un propósito común de vida.

miracolo dell'uva

El 15 de agosto de 1425, en la solemnidad de la Asunción de la Virgen, Francesca, acompañada de nueve miembros, pronunció la fórmula solemne de oblación en la basílica de S. Maria Nova, oficiada por los monjes olivetanos.

Por lo tanto, desde el principio, el grupo se caracterizó por una referencia precisa a los valores de la espiritualidad benedictina, aunque durante algunos años los oblatos continuaron viviendo en sus propias familias. Solo en 1433 se compró una casa en el lado occidental del Campidoglio, donde se retiraron para llevar una vida en común.

Francesca se unió a ellos tras la muerte de su marido en 1436 y asumió el gobierno de la comunidad, atendiendo como una madre a todas las necesidades materiales y espirituales de sus hijas.
Francesca permaneció en Tor de' Specchi durante cuatro años: agotada por las vigilias, el ayuno y la penitencia incesante, murió en paz la noche del 9 de marzo en el Palacio Ponziani, recitando el Oficio de la Virgen, a cuyo culto siempre se había mantenido devota.

morte di Santa Francesca
Santa Francisca Romana 10

la mística

La biografia di santa Francesca Romana è documentata da un ricco dossier agiografico, che comprende gli atti dei processi di canonizzazione, la Vita dell’olivetano Ippolito (1452-1453), ma soprattutto  i Tractati in volgare e in latino redatti tra il 1440 e il 1447 da Giovanni Mattiotti, rettore della cappella dell’Angelo nella basilica di S. Maria in Trastevere e confessore di Francesca negli ultimi undici anni della sua vita, in un periodo che fu fortemente segnato dai problemi di disciplina e regolamentazione spirituale di Tor de’ Specchi, oltre che dalle preoccupazioni per le sorti di Roma e della Chiesa, attraversata dalle drammatiche vicende del concilio di Basilea.

El sacerdote romano fue testigo privilegiado de este capítulo decisivo en la vida de la santa, y en el libro se refirió a sus experiencias místicas, las batallas que entabló con el demonio, sus visiones del infierno y del purgatorio.

devoción eucarística

visione dell'ostia

La capilla del Ángel era de hecho el principal teatro de éxtasis, porque Francesca generalmente estaba sujeta a éxtasis místicos durante la misa, inmediatamente después de recibir la comunión, que era el centro de su práctica religiosa. En las garras de una fuerte concentración espiritual, perdía el contacto con la realidad circundante durante unas horas, pero a veces incluso durante varios días.

Questi stati avevano gradi diversi di profondità e di intensità.  Il Mattiotti distingue tra estasi immobili ed estasi mobili.

Nel primo caso, la veggente rimaneva muta e ferma come una statua, completamente indifferente a tutte le sollecitazioni di ordine fisico: era il momento della somma pace e della quiete perfetta. Durante le estasi mobili, invece, cantava, danzava predicava pubblicamente nell’ambone della chiesa, discutendo di teologia con la stessa profondità di un dottore. 

Conflictos con el diablo

conflitti con il demonio

Al recinto mistico della cappella, spazio sacro che esorcizzava il potere demoniaco, si contrapponeva la camera della beata, la cella nascosta e separata, ma esposta alle aggressioni del maligno, che perseguitava Francesca per sottrarla alla preghiera e sottoporla a veri e propri combattimenti che la lasciavano stremata.

Todos estos hechos sobrenaturales tenían también una fuerte cualidad somática y conducían a verdaderas transformaciones físicas, en una alternancia de luces y olores celestiales y torturas inauditas. El don celestial de las visiones, en efecto, no fue gratuito, sino que constituyó la culminación de un arduo camino ascético.


maternidad espiritual

la maternità spirituale

La spiritualità di Francesca, nutrita dalle letture devote e da una intensa pratica sacramentale,  è tutta incentrata sul mistero dell’Incarnazione, della realtà di un Dio-uomo, un Dio incarnato, che è nato da una donna, è vissuto ed è stato toccato dal dolore. 

Una visione in particolare si presenta spesso agli occhi della santa:  Cristo le appare in sembianze umane, segnato dalle piaghe della crocefissione, da cui escono raggi luminosi che irraggiano tutta l’umanità.  Questa immagine si situa al punto di confluenza di vari percorsi: essa accoglie la pietà cristocentrica dei francescani, ma al tempo stesso l’essenza della lezione monastica di Dio come luce, bellezza, gloria della trascendenza.

Il Cristo trafitto delle visioni non ha perduto nulla della regale maestà del Pantokrator, del Dio altissimo dei monaci, Redentore e Salvatore del mondo.   Della grande tradizione mistica femminile trecentesca di eredità francescana Francesca assimilò profondamente la  pratica ascetica della continua memoria passionis Christi, la devozione al sangue, agli emblemi della passione, alla corona di spine, alle piaghe. Ed essa stessa fu una stigmatizzata che portò a lungo sul proprio costato una piaga dolorosa, segno visibile della piena conformità corporale e spirituale con le sofferenze patite dal Signore. 

Y, sin embargo, la dimensión dolorosa no es tan esencial y característica de la mística de Francesca como la de la maternidad espiritual, que ella vivió con gran intensidad.

Colpita dolorosamente negli affetti umani, essa sublimò misticamente la sua sofferenza di madre nella condizione spirituale di “madre di Gesù”.
Il suo amore speciale per il Bambino si esprime in numerose visioni del Natale, dell’Adorazione dei Magi, della Presentazione al Tempio. Forse, l’immagine che più di ogni altra rivela la sua intimità anche dolce e gioiosa con il divino è quella di Francesca che stringe tra le sue braccia il Bambino, lo culla e lo riscalda con il suo manto, oppure gioca con lui. 

Rara vez este tema, que también tenía raíces antiguas en el comienzo de la tradición beguina, encontró una intensidad de acentos, una expresión más completa y conmovedora en los escritos de Gertrudis de Helfta que en las visiones de Francesca.

La visión angelical

angelo custode di Santa Francesca

È inoltre notevole nella santa la capacità di penetrare in profondità la mistica del mondo angelico, colta e percepita sotto aspetti molteplici. 

Nel libro delle visioni gli angeli sono ricordati nel contesto di una visione della maiestas divina in cielo, e viene valorizzata la loro funzione nella liturgia celeste, nella gloria del paradiso.  Nei duelli demoniaci gli angeli sono i combattenti per la salvezza delle anime  e avversari del diavolo.  In purgatorio il loro compito invece è quello di infermieri spirituali, preposti all’itinerario di purificazione ed espiazione delle anime. 

Francesca marcó una etapa importante en la historia de la angelología, no tanto desde el punto de vista doctrinal y teológico, cuanto por su capacidad para valorar una relación concreta y única de amistad con su ángel de la guarda. Este guía espiritual invisible tiene un impacto muy fuerte en la existencia terrena de todo hombre: apoyo y consuelo en las dificultades de la vida, guía y protección en el camino, compañero en la fase de desprendimiento y alejamiento de la vida mortal, maestro en la preparación del futuro.

la profetisa

Nel libro del confessore, emerge comunque un’altra dimensione del misticismo di Francesca, quella profetica. 

Donna di silenzio e di nascondimento, essa non rinunciò ad intervenire anche su alcuni problemi decisivi della Chiesa del proprio tempo, inviando messaggi divinamente ispirati a papa eugenio IV affinché nel corso della crisi di Basilea ritrovasse una comunione di intenti con i vescovi. 

Le suppliche e le preghiere di Francesca nascevano dal timore che l’intransigenza del papa potesse in qualche modo creare ulteriori fratture nella compagine ecclesiale, provocando un nuovo scisma che avrebbe avuto conseguenze drammatiche. 

In questo modo, Francesca raccolse l’eredità di altre grandi donne che a Roma erano vissute e avevano operato, dando una testimonianza appassionata d’amore per la sua città e la Chiesa,  e insieme invocando la necessità urgente di riforma.

Si Brígida de Suecia y Catalina de Siena habían sido las profetisas de Avignon, Francesca Romana fue la profetisa del Concilio de Basilea. Por eso, a pesar de que su palabra nos ha llegado mediada por los escritos de Giovanni Mattiotti, Francesca puede ser considerada una de las más grandes voces espirituales del final de la Edad Media.

S. Francesca Romana es considerada copatrona de Roma; se la invoca como protectora de las plagas y para la liberación de las almas del Purgatorio.

En 1925 el Papa Pío XI (Ambrogio Damiano Achille Ratti, 1922-1939) la designó patrona de los automovilistas. 

Significado del nombre Francesco/a: “hombre libre” (alemán antiguo).

fuente © Tor de' Specchi - Monasterio de los Oblatos de Santa Francesca Romana


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