Charles de Foucauld

Lee la historia de San Charles de Foucauld

Carlos de Jesús, Charles de Foucauld de siglo, nació en Estrasburgo (F) el 15 de septiembre de 1858. Huérfano de sus padres a los seis años, fue criado por su abuelo que, con simpatía y generosidad, le transmitió el amor por la familia y por su país, la pasión por los estudios y por el silencio de la naturaleza.

En 1876 se alistó en el ejército, donde finalizó sus estudios en la Academia de Caballería y en el que también tuvo una breve carrera. Una vez licenciado, emprendió una peligrosa exploración en Marruecos (1883-1884). 

La expedición resultó ser un acontecimiento científico de tal importancia que le valió la medalla de oro de la Sociedad de Geografía. Pero el éxito no aquietó su espíritu. Escribía: «Comencé a ir a la iglesia, sin creer, sintiéndome bien solo allí y pasando largas horas repitiendo esta extraña oración: Dios mío, si existes, haz que te conozca».

De regreso a Francia, conmovido por la discreta y afectuosa acogida de su familia, profundamente cristiana, se pone en búsqueda y le pide a un sacerdote que lo instruya. Guiado por el Padre Huvelin, encuentra a Dios en octubre de 1886: «Tan pronto como creí que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir solo para Él».

Una peregrinación a Tierra Santa le revela su vocación: seguir e imitar a Jesús en la vida de Nazaret. Vive 7 años en la Trapa, primero en Nuestra Señora de las Nieves, luego en Akbès en Siria. Después vive solo, en la oración, en la adoración, en una gran pobreza, cerca de las Clarisas de Nazaret.

Ordenado sacerdote a los 43 años (1901), en la Diócesis de Viviers, se dirige al desierto argelino del Sahara, primero a Beni Abbès, pobre entre los más pobres, luego más al Sur a Tamanrasset con los Tuaregs del Hoggar. Vive una vida de oración, meditando continuamente la Sagrada Escritura, y de adoración, con el deseo incesante de ser, para cada persona, el “hermano universal”, viva imagen del Amor de Jesús. “Quisiera ser bueno – decía – para que se pueda decir: Si tal es el siervo, ¿cómo será el Maestro?.

Los bereberes lo llamaban “marabut“, que en el léxico magrebí significa el “santón” o ermitaño. 

Compartiendo su vida, aprendió su idioma, tradujo sus poemas y publicó un impresionante diccionario ilustrado. Alrededor de él surgió la comunidad de los Pequeños Hermanos de Jesús, una familia religiosa centrada en el Evangelio, la Eucaristía y la vida apostólica.

Los escritos espirituales del Padre de Foucauld quieren que él y todos descubran la íntima relación de fe con Cristo; una fe que no puede ser alimentada solo por el soplo del momento, sino que debe encontrar en las verdades cristianas conocidas e investigadas la roca fuerte y segura. 

La fe es lo que nos hace creer desde lo profundo del alma todos los dogmas de la religión, todas las verdades que la religión nos enseña, por consiguiente, el contenido de la Sagrada Escritura, y todas las enseñanzas del Evangelio: en una palabra, todo lo que nos es propuesto por la Iglesia….

Charles de Foucauld muere la noche del 1 de diciembre de 1916, alcanzado por un disparo, durante una escaramuza provocada por rebeldes del Hoggar.

Su sueño siempre fue compartir su vocación con otros: después de escribir varias reglas de vida religiosa, pensó que esta “Vida de Nazaret” podría ser vivida por todos y en todas partes.

En 1968, la Santa Sede aprobará varias congregaciones inspiradas por el Padre de Foucauld. Hoy, la “Familia espiritual de Charles de Foucauld reúne a todas las comunidades religiosas católicas que se inspiran en el Santo. Cuentan, en total, con unos 13.000 miembros.

Tienen finalidades similares, pero reúnen diferentes categorías de personas (sacerdotes, laicos, religiosos). No constituyen una única congregación, sino que solo están unidas por referencias espirituales comunes y lazos de fraternidad.

La Familia comprende 11 Congregaciones religiosas y 8 asociaciones de vida espiritual:

Congregaciones religiosas

  • Pequeñas Hermanas del Sagrado Corazón
  • Fraternidad de las Pequeñas Hermanas de Jesús
  • Pequeñas Hermanas del Evangelio
  • Pequeñas Hermanas de Nazaret
  • Pequeñas Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús
  • Pequeños Hermanos de Jesús
  • Pequeños Hermanos del Evangelio
  • Pequeños Hermanos de la Encarnación
  • Pequeñas Hermanas de la Encarnación
  • Pequeños Hermanos de la Cruz
  • Pequeños Hermanos de Jesus Caritas
  • Asociaciones de vida espiritual
  • Fraternidad Sacerdotal Jesus Caritas
  • Fraternidad Jesus Caritas
  • Fraternidad Charles de Foucauld
  • Fraternidad Seglar Charles de Foucauld
  •  Unión Sodalidad Charles de Foucauld
  •  Grupo Charles de Foucauld
  •  Comunidad de Jesús
  •  Instituto de los Hermanos Servidores

Charles de Foucauld fue beatificado en San Pedro el 13 de noviembre de 2005 bajo el pontificado del Papa Benedicto XVI y canonizado en San Pedro el 15 de mayo de 2022 bajo el pontificado del Papa Francisco.

Significado del nombre Carlos: “fuerte, viril, libre” (alemán arcaico).

Para más detalles:

>>> Pequeños Hermanos de Jesús

fonte © vangelodelgiorno.org

S. Charles de Foucauld
Charles de Foucauld
Joven francés, rico y aristocrático, renuncia a todo para vivir en el desierto argelino, testigo silencioso de Cristo a través de la presencia del sacramento de la Eucaristía y la cercanía a los hermanos más abandonados. Fue asesinado en 1916.  
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Un joven rico

Charles de Foucauld (1858-1916), joven rico aristocrático francés que había perdido a sus padres de niño y la fe en la adolescencia, es un joven cadete en la prestigiosa academia militar de Saint-Cyr y disfruta de la vida a manos llenas. O tal vez, de manera no tan diferente a aquel joven rico que corre a Jesús para preguntarle qué hacer para heredar la vida eterna (cfr. Mc 10, 17-22), siente un vacío inexplicable que intenta llenar con los placeres del mundo. Un compañero de curso recuerda: “Si nunca has visto a Foucauld en esta habitación, acostado con indolencia en un cómodo sillón mientras saborea un sabroso aperitivo a base de paté de foie gras que acompaña con un champán de calidad, entonces nunca has visto a un hombre que disfruta de la vida”.

Después de graduarse, Charles se embarca en una misión militar y en una expedición geográfica en Argelia. Aquí, en el vasto silencio del desierto, entre los nómadas cuyo estilo de vida es tan diferente al suyo, aquel vacío que el joven soldado había intentado llenar con los bienes de este mundo comienza a hacerse sentir. En él nace una pregunta silenciosa y comienza a rezar: “Dios mío, si es verdad que existes, permíteme que te conozca”.

 “Ve… vende todo… ven”

En 1886, a su regreso a Francia, el joven de 28 años confía su tormento interior a un sacerdote, que le sugiere que se confiese, cosa que hace. Llega la fe – y con ella, las peticiones. “Ve… vende todo… ven”: esto le dice Jesús al joven del Evangelio, a quien Él mira con amor. Charles siente la mirada de Jesús posarse sobre él de la misma manera imprevista e impredecible en que había ocurrido a aquel otro joven rico hace unos 2000 años. Sabe que está llamado a responder con la vida a ese amor.

Pero en este punto las historias de estos dos jóvenes ricos se separan: de hecho, el joven del Evangelio se va triste, incapaz de separarse de sus bienes. Charles en cambio escribe: “En el momento mismo en que empecé a creer que hay un Dios, comprendí que no podría hacer otra cosa que vivir solo para Él”. Va, por lo tanto, vende y va – primero a los monasterios de los Trapenses en Francia y en Siria. Después de completar los estudios para el sacerdocio y recibir la ordenación en Francia, siente la llamada a regresar al desierto. En el Sahara vive la vida sencilla y austera de un ermitaño entre los nómadas Tuareg. Quiere ser un adorador en el desierto, “hermano de los más abandonados”.

El Padre Charles quiere evangelizar, “no con la palabra sino a través de la presencia del Santísimo Sacramento, a través de la oración y la penitencia y el amor fraterno y universal”. En las notas escritas a aquellos hermanos con los que espera que quieran compartir su vida, pero que nunca concretizó, escribe: “Toda nuestra existencia debería gritar el Evangelio”.

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Gritar el Evangelio

En 1916 el Padre Charles es asesinado por bandidos. Su vida y su muerte solitaria han sido un fuerte “grito” de que el único Dios, misericordioso y benévolo, es el origen y el fin de todo amor. Este hermano en el desierto encarna aquella gran “confesión” descrita por el Papa Juan Pablo II como la esencia de toda vida consagrada. A través de una “profunda configuración con el misterio de Cristo”, escribía el Papa en la Exhortación apostólica Vita Consecrata, “la vida consagrada lleva consigo de modo especial aquella confessio Trinitatis que es el signo de toda vida cristiana; reconoce con asombro la sublime belleza de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y da testimonio gozoso de su amorosa preocupación por cada ser humano”.

La “confesión de la Trinidad” del Padre Charles ha sido fecunda: después de su muerte nacen, además de aquella específica comunidad religiosa que había deseado, muchas otras comunidades. En 2022 el Papa Francisco canoniza al mártir Padre Charles de Jesús, un joven rico que había vendido todo lo que poseía para seguir al Señor.

fonte © Vatican News – Dicasterium pro Communicatione

S. Charles de Foucauld

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