Lo digo y lo repito cada vez que veo tu dibujo, un hombre que da amar, una mujer que cuida a un niño, un niño que ayuda a un anciano.
Ahí es donde estás: ¡estás en cada uno de ellos!
¡Estás en el sol naciente en el horizonte, listo para darnos luz y calor!
Estás en la luz tenue que se desvanece lentamente para dar paso a la suave iluminación de la luna, y en lugar del cálido calor de la mañana, el aire más frío y penetrante de la tarde toma su lugar.
eugenio está siempre en su casa esperándonos: espera nuestro cuidado amoroso, espera nuestra oración con él, espera la caricia de su hermanita, que lo lleva siempre en su corazón y en cada lágrima que derrama en su memoria.
