Lee y escucha el poema “El zampognaro” de Gianni Rodari

Curiosidades

El “zampognaro” è una figura tradicional de la Navidad italiana, que toca la zampogna, un instrumento de viento similar a la gaita. El zampognaro suele estar representado en el belén, junto a los pastores y los animales. El zampognaro trae consigo un mensaje de paz y alegría, e invita a todos a escuchar su música y a celebrar el nacimiento de Jesús.

La zampogna es un instrumento musical de viento típico de la tradición popular italiana. Se trata de una gaita compuesta por una bolsa de piel de cabra o de oveja, que sirve de depósito de aire, y por varios tubos sonoros, llamados cañas, que producen las notas.

La zampogna se toca soplando por una boquilla conectada a la bolsa y presionando la bolsa con el brazo para que salga el aire. La zampogna tiene orígenes muy antiguos y se difundió por toda Europa en la Edad Media. En Italia, la zampogna está vinculada sobre todo a la música navideña y a las tradiciones pastorales.

Cada región tiene su propia variante de zampogna, con diferentes tamaños, formas y afinaciones. La zampogna es un instrumento que requiere habilidad y dedicación, pero que regala grandes emociones a quien la toca y a quien la escucha.

Leamos juntos

Si mandara el zampognaro
que baja por la avenida,
¿sabes qué cosa diría
el día de Navidad?
«Quiero que en cada casa
brote del pavimento
un árbol florecido
de estrellas de oro y plata».

Si mandara el gorrioncillo
que en la nieve da saltitos,
¿sabes qué cosa diría
con su voz que gorjea?
«Quiero que los niños encuentren,
cuando la luz se encienda,
todos los dones soñados,
y uno más, de propina».

Si mandara el pastor
del belén de cartón,
¿sabes qué ley haría
firmándola con su largo bastón?
«Quiero que hoy no llore
en el mundo ni un solo niño,
que tengan la misma sonrisa
el blanco, el moreno, el amarillito».

¿Sabéis qué cosa os digo
yo que no mando nada?
Todas estas cosas bellas
sucederán fácilmente;
si nos damos la mano
los milagros se hacen
y el día de Navidad
durará todo el año.

Escuchemos juntos