tutti fratelli

Viernes de la XXXIII semana del Tiempo Ordinario

Hoy la Iglesia celebra la Presentación de la Bienaventurada Virgen María

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Primera Lectura

Alégrate, hija de Sion, porque he aquí, vengo.

Del libro del profeta Zacarías
Zc 2,14-17
 
Alégrate y regocíjate, hija de Sion,
porque he aquí, vengo a habitar en medio de ti.
Oráculo del Señor.
Muchos pueblos se unirán aquel día al Señor
y serán su pueblo,
y él habitará en medio de ti
y sabrás que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a ti.
El Señor tomará a Judá
como herencia en la tierra santa
y elegirá de nuevo Jerusalén.
Que todos los mortales guarden silencio ante el Señor,
porque él ha despertado de su santa morada.

Palabra de Dios.
 

Salmo Responsorial

De Lc 1,46-55

R. El Señor ha recordado su misericordia.

O también:

R. Grandes cosas ha hecho por mí el Todopoderoso.

Mi alma engrandece al Señor
y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador. R.
 
Porque ha mirado la humildad de su sierva.
De ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada.
Grandes cosas ha hecho por mí el Todopoderoso
y Santo es su nombre. R.
 
Su misericordia llega de generación en generación
para aquellos que le temen.
Ha mostrado la fuerza de su brazo,
ha dispersado a los soberbios de los pensamientos de su corazón. R.
 
Ha derribado a los poderosos de sus tronos,
ha exaltado a los humildes;
ha llenado de bienes a los hambrientos,
ha enviado a los ricos con las manos vacías. R.
 
Ha ayudado a Israel, su siervo,
recordándose de su misericordia,
como lo dijo a nuestros padres,
para Abraham y su descendencia, por siempre. R.
 

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Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
y la cumplen. (Lc 11,28)

Aleluya.

El Evangelio del día 21 de noviembre de 2025

Extendiendo la mano hacia sus discípulos, dijo: «¡He aquí mi madre y mis hermanos!»

Del Evangelio según Mateo
Mt 12,46-50
 
En aquel tiempo, mientras Jesús aún hablaba a la multitud, he aquí que su madre y sus hermanos estaban afuera, queriendo hablar con él.
Alguien le dijo: «He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera y quieren hablarte».
Y él, respondiendo a quien le hablaba, dijo: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Luego, extendiendo la mano hacia sus discípulos, dijo: «¡He aquí mi madre y mis hermanos! Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es para mí hermano, hermana y madre».

Palabra del Señor.

primo piano Eugenio
Eugenio Ruberto
El Evangelio del 21 de noviembre de 2025
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Juan Taulero (ca. 1300-1361)

Dominico en Estrasburgo

Discursos, 46

«Está escrito: ”Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”. Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones»

Nuestro Señor entró en el Templo y, con ayuda de un látigo, expulsó del Templo a todos los que compraban y vendían, y dijo: «Mi casa será llamada casa de oración. Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones». ¿Qué templo es este, que se ha vuelto una cueva de ladrones? Es el alma y el cuerpo del hombre, que son mucho más realmente el templo de Dios que todos los templos jamás construidos (1 Cor 3,17; 6,19). Cuando Nuestro Señor quiere entrar en este templo, lo encuentra convertido en una cueva de ladrones y en un mercado. ¿Quiénes son estos mercaderes? Son los que dan lo que tienen – el libre albedrío – por lo que no tienen – las cosas de este mundo. ¡Cuán lleno de tales mercaderes está todo el mundo! Los hay entre sacerdotes y laicos, entre religiosos, monjes y monjas. ¡Qué amplio tema de estudio para quien quisiera investigar cómo tanta gente está tan llena de su propia voluntad!… En todas partes no se encuentra otra cosa sino la naturaleza y la propia voluntad; tantos buscan en todo su propio interés. Si quisieran, en cambio, hacer un pacto con Dios, entregándole su voluntad, ¡qué feliz negocio harían! Es necesario que el hombre quiera, siga y busque a Dios en todo lo que hace; y cuando haya hecho todo esto – beber, dormir, comer, hablar, escuchar – deje entonces completamente las imágenes de las cosas, para que su templo quede vacío. Una vez que el templo esté vacío, una vez que hayas expulsado a esta multitud de ladrones, es decir, las fantasías que lo ocupan, podrás ser una casa de Dios (Ef 2,19), pero no antes, hagas lo que hagas. Entonces tendrás la paz y la alegría del corazón, y nada podrá perturbarte más, nada de lo que ahora te preocupa sin cesar, te deprime y te hace sufrir.

Las Palabras de los Papas

Jesús ha formado una nueva familia, ya no basada en los lazos naturales, sino en la fe en Él, en su amor que nos acoge y nos une entre nosotros, en el Espíritu Santo. Todos los que acogen la palabra de Jesús son hijos de Dios y hermanos entre sí. Acoger la palabra de Jesús nos hace hermanos entre nosotros, nos convierte en la familia de Jesús. Hablar mal de otros, destruir la fama de otros, nos convierte en la familia del diablo. Esa respuesta de Jesús no es una falta de respeto hacia su madre y sus familiares. Al contrario, para María es el mayor reconocimiento, porque ella es la discípula perfecta que obedeció en todo la voluntad de Dios. Que la Virgen Madre nos ayude a vivir siempre en comunión con Jesús, reconociendo la obra del Espíritu Santo que actúa en Él y en la Iglesia, regenerando al mundo a nueva vida. (Papa Francisco Angelus, 10 de junio de 2018)

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