Santa Lucía: Virgen y mártir (283-304)
Patrona de Siracusa
Lucía nació alrededor del año 283 dC, en Siracusa, de una familia cristiana noble. los padre di Lucia, che forse si chiamava Lucio, morì quando lei era ancora molto piccola, così fu allevata da mamma Eutichia dalla quale apprese le verità del cristianesimo e il messaggio di amar de Jesús. Fu così che Lucia conobbe le storie dei primi cristiani, il loro martirio per amar de Jesús e, così crescendo, in cuor suo, decise di consacrarsi con voto perpetuo della verginità.
Lucía, preocupada por el recrudecimiento de la enfermedad que había golpeado a su madre, hemorragia considerada incurable, sugirió una peregrinación a la tumba de la mártir Santa Águeda, en Catania, pues la fama de la gloriosa santa se había extendido por todas partes gracias a los milagros que realizaba. realizado operado; en su corazón Lucía estaba segura de que también beneficiaría a su querida madre.
Eutichia accettò piena di speranza l’esortazione di Lucia e così stabilirono di partire in pellegrinaggio per raggiungere Catania, dove arrivarono proprio nel giorno della festa di sant’Agata: era il 5 Febbraio del 301. Durante la celebrazione sentirono il passo del Vangelo di Matteo riguardante il racconto della donna che soffriva di emorragia e guarita per aver toccato il mantello di Jesús. Lucia, illuminata, propose alla mamma di toccare il sepolcro di sant’Agata convinta della potente intercessione della Santa.
Mientras Eutichia estaba tocando el sepulcro, Santa Águeda se apareció en una visión a Lucía quien le dijo "Lucía, hermana mía, ¿por qué me preguntas qué puedes conseguir tú misma para tu madre? He aquí, tu madre ya está curada por tu fe".Lucía le dijo a su madre: "Per l’intercessione di S. Agata, Jesús ti ha guarita” e, pensando che quello era il momento giusto, rivelò alla sua mamma l’intenzione di consacrarsi a Jesús, e di voler donare la sua ricca dote nuziale ai poveri: Eutichia acconsentì anche se forzata.
Un giovane pagano della sua città, innamorato di Lucia, deluso per il mancato matrimonio, in quanto Lucia le aveva spiegato che lei si era consacrata a Jesús, si vendicò con rabbia, denunciandola, come seguace di Cristo, al terribile prefetto romano Pascasio. L’imperatore Diocleziano aveva emesso un editto che prevedeva una feroce repressione contro i cristiani.
Lucía firme como una roca
Lucía fue arrestada y llevada ante el prefecto Pascasio, quien le ordenó hacer sacrificios a los dioses paganos para renunciar a su fe cristiana, pero Lucía se opuso a una firme negativa. Pascasio se dio cuenta de que no conseguiría nada y entonces ordenó que llevaran a la niña a los peores barrios marginales de la ciudad para ser violentada. Los soldados la agarraron para llevársela, pero, aunque atada de pies y manos y tirada por 6 hombres y 6 bueyes, no pudieron moverla; inexplicablemente Lucía se mantuvo firme como una roca.
Pascasio pensó que este prodigio era obra de magia y, furioso, ordenó que la trataran como a una bruja: luego la rociaron con resina y brea y la prendieron fuego pero las llamas no la quemaron. Lucía le dijo a Pascasio: “Ho pregato il mio Signore Jesús Cristo affinché questo fuoco non mi molestasse per dare ai credenti il coraggio del martirio…"
Furioso Pascasio la condenó a la decapitación. Lucía, antes de la ejecución, anunció la muerte de Diocleciano, que se produjo al cabo de unos años, y el fin de las persecuciones, que finalizó en el 313 d.C. con el edicto de Constantino.

Lucía asesinada y enterrada
Lucía fue asesinada el 13 de diciembre de 304 y fue enterrada en el mismo lugar donde se construyó un santuario dedicado a ella en 313.
En 1039 el general bizantino Giorgio Maniace trasladó el cuerpo de Santa Lucía de Siracusa a Constantinopla, para salvarla del peligro de invasión de la ciudad de Siracusa por los sarracenos.
Nel 1204, durante la quarta crociata, il doge di Venezia, Enrico Dandolo, trova a Costantinopoli le spoglie della Santa, le porta a Venezia nel monastero di San Giorgio e nel 1280 le fa trasferire nella iglesia a lei dedicata a Venezia.
Los restos sagrados de la santa siracusa regresaron excepcionalmente a Siracusa durante 7 días en diciembre de 2004 con motivo del 17º centenario de su martirio; la llegada y salida de los restos fue recibida por una multitud increíble de siracusanos que esperan un regreso definitivo.
Santa Lucía ha salvado muchas veces a Siracusa en sus momentos más dramáticos como hambrunas, terremotos, guerras; también intervino en otras ciudades como Brescia que, gracias a su intercesión, se libró de una grave hambruna.
San Gregorio I el Grande (590-604), insertó a Santa Lucía en el canon de la misa romana. Algunas citas se encuentran en el "Summa Theologica” de Santo Tomás de Aquino.
Dante lo convierte en el símbolo de la Gracia iluminadora y se llama a sí mismo su fiel. La consideraba protectora de la vista y, como relata en el "Banquete”, a menudo recurría a ella para curarse de dolencias oculares.
La leggenda popolare narra, che alla Santa furono strappati gli occhi dalle orbite, per questo alcune iconografie raffigurano la Santa con un vassoio in mano su cui sono posti gli occhi.
La vida de Santa Lucía, como suele suceder con los santos de los primeros siglos del cristianismo, está entretejida con elementos legendarios; estos dan testimonio de la enorme veneración que la santa gozó y goza tanto en Italia como en el mundo.
Santa Lucía es la patrona de Siracusa y de muchas otras ciudades de Italia y del mundo: es considerada la protectora de los ojos, oftalmólogos, electricistas y canteros y es frecuentemente invocada en enfermedades oculares.

fuente evangeliodeldia.org