Lee y escucha la Palabra del 2 de mayo de 2023
Resumen
Martes de la cuarta semana de Pascua
- San Atanasio de Alejandría obispo y doctor de la Iglesia
- San Antonio Pierozzi Arzobispo OP de Florencia († 1459)
Primera lectura
También comenzaron a hablar a los griegos, anunciando que Jesús es el Señor.
De los Hechos de los Apóstoles
Hechos 11:19-26
En aquellos días, los que se habían dispersado a causa de la persecución que se desató por causa de Esteban, habían llegado hasta Fenicia, Chipre y Antioquía y no anunciaban la Palabra a nadie sino a los judíos. Pero algunos de ellos, gente de Chipre y Cirene, habiendo llegado a Antioquía, también comenzaron a hablar a los griegos, anunciando que Jesús es el Señor. Y el mano del Señor estaba con ellos y así un gran número creyó y se volvió al Señor.
Esta noticia llegó a oídos de los Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a permanecer, con corazón decidido, fieles al Señor, tan hombres virtuosos como él y llenos del Espíritu Santo y de la fe. Y una gran multitud se añadió al Señor.
Bernabé luego partió hacia Tarso para buscar a Saulo: lo encontró y lo llevó a Antioquía. Permanecieron juntos durante un año entero en ese Iglesia y educaron a mucha gente. En Antioquía los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Del Salmo 86 (87)
R. Pueblos todos, alabad al Señor.
O:
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
sobre los santos montes la fundó;
el Señor ama las puertas de Sion
más que todas las casas de Jacob.
Cosas gloriosas se dicen de ti,
Ciudad de Dios! r
Enrolaré a Rahab y Babilonia
entre los que me reconocen;
aquí está Filistea, Tiro y Etiopía:
allí nació.
Se dirá de Sion:
«El uno y el otro nacieron en ella
y él, el Altísimo, la mantiene firme». r
El Señor registrará en el libro de los pueblos:
"Él nació allí".
Y bailando cantarán:
«Todas mis fuentes están en ti». r
aclamación del evangelio
Aleluya, aleluya.
Mis ovejas oyen mi voz, dice el Señor,
y yo los conozco y ellos me siguen. (Juan 10:27)
Aleluya.
Evangelio
yo y el Padre somos uno.

Del Evangelio según Juan
Juan 10:22-30
En aquellos días se celebraba en Jerusalén la Fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús anduvo en el templo, en el pórtico de Salomón. Entonces los judíos lo rodearon y le dijeron: "¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? si eres el Cristodíganoslo abiertamente".
Jesús él les respondió: “Os lo dije, y no creéis; las obras que hago en nombre de Padre mio, queste danno testimonianza di me. Ma voi non credete perché non fate parte delle mie pecore.
Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen. Yo les doy vida eterna y no se perderán para siempre y nadie me las arrebatará mano.
La Padre el mío, que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de mano de Padre. yo y el Padre somos uno."
Palabra del Señor.
León XIII
papa de 1878 a 1903
Encíclica “Divinum Illud Munus” del 9 de mayo de 1897 (trad. cb© evangelizo)
“Yo y el Padre uno somos”
El misterio de la Santísima Trinidad es llamado por los doctores de la Iglesia la sostanza del Nuovo Testamento, cioè il più grande di tutti i misteri, la sorgente e il fondamento degli altri.
Es para conocerlo y contemplarlo que los ángeles fueron creados en el cielo y los hombres en la tierra. (…) Es para manifestar más claramente este misterio que Dios stesso è sceso dal soggiorno degli angeli verso gli uomini. (…) L’apostolo Paolo annuncia la Trinità delle persone e l’unità della loro natura quando scrive: “Poiché da lui, grazie a lui e per lui sono tutte le cose.
A él sea la gloria por los siglos. ¡Amén!" (Romanos 11:36). (…) San Agustín escribe, comentando este pasaje: “Estas palabras no deben tomarse al azar. 'De él' designa el Padre, 'gracias a él' el Hijo, ‘per lui’ lo Spirito Santo”.
con razón Iglesia tiene la costumbre de atribuir a Padre las obras de la Deidad donde brilla el poder, al Hijo aquellos donde resplandece la sabiduría, al Espíritu Santo aquellos donde resplandece la sabiduríaamar. Non che tutte le perfezioni e le opere esteriori non sono comuni alle persone divine: “le opere della Trinità sono indivisibili, come l’essenza della Trinità è indivisibile…” (Sant’Agostino).
Pero, por una cierta comparación, una cierta afinidad entre las obras y las propiedades de las personas, las obras se atribuyen a una sola persona, a una más que a otra. (…) De esta manera el Padre, che è “il principio di tutta la divinità” (S. Agostino), è anche la causa efficiente di ogni cosa, dell’incarnazione del Verbo e della santificazione delle anime: “tutto è da lui”.
Pero el Hijo, el Verbo, la Palabra de Dios y la imagen de Dios, es también el modelo-causa, el arquetipo; de él todo lo creado recibe su forma y su belleza, orden y armonía. Él es para nosotros "el camino, la verdad y la vida" (Jn 14, 6), el reconciliador del hombre con Dios: “tutto è grazie a lui”.
El Espíritu Santo es la causa última de todo (…), la bondad divina y laamar recíproco de Padre y la Hijo; por su fuerza poderosa pero suave, completa elamar recíproco de Padre y la Hijo; con su fuerza poderosa pero dulce, completa la obra oculta de la salvación eterna del hombre y la lleva a su perfección: "todo es para él".
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Estas palabras nos ayudan a comprender que nadie puede ser llamado seguidor de Jesús, se non presta ascolto alla sua voce.
E questo “ascoltare” non va inteso in modo superficiale, ma coinvolgente, al punto da rendere possibile una vera conoscenza reciproca, dalla quale può venire una sequela generosa, espressa nelle parole «ed esse mi seguono» (v. 27). Si tratta di un ascolto non solo dell’orecchio, ma un ascolto del cuore!”
L 'amar de Jesús el es invencible! El maligno, el gran enemigo de Dios e delle sue creature, tenta in molti modi di strapparci la vita eterna. Ma il maligno non può nulla se non siamo noi ad aprirgli le porte della nostra anima, seguendo le sue lusinghe ingannatrici.
La Vergine Maria ha ascoltato e seguito docilmente la voce del Buon Pastore.
Ayúdanos a acoger con alegría la invitación de Jesús llegar a ser sus discípulos, y vivir siempre en la certeza de estar en las manos paternales de Dios. (Regina Caeli, 17 de abril de 2016)
